La producción de leche es una de las funciones más fuertes del cuerpo de la mujer, ya que de ello depende la supervivencia de su hijo.
Una vez que la mujer está embarazada, la producción de leche inicia a partir de la semana 15 de gestación aproximadamente como parte de la evolución normal del embarazo. A partir de este momento ya hay leche, la cual comenzará a fluir de forma constante una vez que las hormonas del embarazo se supriman, es decir, con la salida de la placenta. En este momento la salida de la leche se presenta con esta primera leche especial llamada calostro, y posteriormente continuará como leche madura la cual sí dependerá de la estimulación, es decir, si no hay un bebé que succione, el cuerpo no producirá leche, si hay succión frecuente el cuerpo producirá toda la leche que el bebé necesite.
Existen miles de mitos respecto a la alimentación de la madre, muchos de estos encaminados a hacer que la producción de leche aumente: agua, atoles, cerveza, tés. La realidad es que estos no tienen ningún efecto en la cantidad o calidad de la leche, y tampoco hay nada que aumentar porque durante los primeros días mamá tendrá la leche suficiente para alimentar a su bebé.
¿En qué casos una madre puede tener una producción insuficiente?
Cuando ha tenido una cirugía de reducción mamaria, cuando tiene síndrome de ovarios poliquísticos, hipoplasia mamaria (poco desarrollo del tejido mamario), algún tipo de diabetes, hipotiroidismo o retención de restos placentarios. En estos casos se requiere recibir atención especializada para el problema en particular y también para la lactancia, ya que con apoyo adecuado se puede llegar a alcanzar una buena producción y llevar una lactancia mixta.
Por tanto, si hablamos de una madre sin antecedentes endocrinológicos (hormonales) o quirúrgicos que pudieran afectar su lactancia, lo único que se necesita para una buena producción es tener una estimulación adecuada, es decir, amamantar a libre demanda para que el bebé -quien es el experto en lactancia- se encargue de establecer una buena producción de leche sin necesidad de consumir algún alimento en particular ni beber algo especial o agua en determinadas cantidades.
La recomendación respecto a los alimentos es que mamá lleve una dieta sana y balanceada, abundante en fruta, verdura y con el agua necesaria para mantenerse hidratada, sin necesidad de suprimir alimentos de la dieta a menos de que haya datos de alergia o intolerancia en el bebé.
Dra. Aurelia Flores
Para leer más: http://www.llli.org/lang/espanol/ncvol18_2_06a.html
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