El rechazo al momento de dar el pecho es un problema del que poco se habla, ya que genera un importante sentimiento de culpa en la madre.
AGITACIÓN DEL AMAMANTAMIENTO
Este término, traducción literal de Breastfeeding agitation es una sensación de rechazo visceral al momento de amamantar, y hay una necesidad extrema de apartar al niño. Se presenta en bebés mayores, generalmente después del año de edad, cuando la mamá que da el pecho está embarazada o cuando se practica lactancia en tándem (amamantar a un bebé pequeño y al hermano/a mayor) habiendo rechazo al bebé de mayor edad.
Esta sensación desagradable suele aumentar si la madre está muy cansada, bajo estrés, y puede ser frecuente durante el período de ovulación.
Su base biológica no está perfectamente determinada pero sabemos que la dopamina está implicada en esta respuesta, y alguno/as experto/as lo consideran como un mensaje del cuerpo de la madre de que ha llegado el momento del destete, pero no necesariamente la madre debe destetar.
¿Qué hacer?
Si mamá aún no tiene intención de destetar a su bebé, lo primero que hay que hacer es: hablar del problema. Acudir a un grupo de apoyo o a una consulta de lactancia le permitirá tener información de lo que ocurre y liberar el sentimiento de culpa. Recordar que puede ser el aviso de que mamá se encuentra bajo estrés o poco descanso, así que será momento de buscar su bienestar dejando compromisos, tomar vacaciones o aplicar medidas que le permitan relajarse a su cuerpo y a su mente. Si considera que es momento oportuno para el destete, puede iniciar el proceso. Nuevamente, acudir a los grupos de apoyo o tener la asesoría con una experta en el tema, pueden ser de gran ayuda.
EYECCIÓN DISFÓRICA DE LECHE
Este es un problema similar, donde al momento de amamantar se produce disforia, es decir, sentimientos desagradables como tristeza, depresión, ansiedad e ira. La diferencia es que se presenta en madres con bebés pequeños, y puede llegar a ser tan desagradable, que obliga a un destete precoz.
Es muy importante saber que no se trata de una condición psicológica y que tampoco es aversión a la lactancia, se presenta por un desbalance hormonal desencadenado por el reflejo de eyección (bajada) de la leche, donde al momento que la prolactina inicia su ascenso, la dopamina disminuye en forma abrupta, generando esta sensación tan desagradable que hace imposible que la mamá continúe amamantando.
¿Qué hacer?
Tener información de lo que sucede será de mucha ayuda.
Como la mayoría de las dificultades de lactancia, se intensifican si la mamá está cansada en exceso o bajo estrés, por tanto, buscar que la madre descanse y se relaje es el primer paso.
Cuando se trata de un problema leve, el descanso, una buena hidratación y limitar el consumo de cafeína, pueden ser suficientes. Cuando mamá está consciente de que es pasajero, puede buscar algún distractor: leer, ver un programa o video, hablar por teléfono o alguna técnica de relajación en el momento justo pueden ayudar.
Si el problema es más grave, además de estos recursos, probablemente se requiera medicación. Se utiliza en estos casos un medicamento que module la dopamina, a una dosis pequeña.
Las dificultades de lactancia pueden superarse con la información y el apoyo adecuado, no dudes en pedir ayuda o en acercarle información a una madre que lo necesite de dónde puede recibir apoyo.
Dra. Aurelia Flores
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