viernes, 2 de diciembre de 2016

ME HUBIERA GUSTADO AMAMANTAR

Este tema me toca de forma personal, una experiencia que marcó mi vida. 
Considero que es de suma importancia hablarlo pues más del 80% de las madres en México no logran amamantar a sus bebés, y esto puede dejar una huella de dolor y fracaso como madres.

Como muchas mamás, me preparé durante mi embarazo para amamantar a mi hijo, sin embargo, y a pesar del apoyo que recibí, los 3 meses que duró mi lactancia fueron de dolor y malestar: mes y medio de lactancia exclusiva y el resto de mixta, hasta el punto que decidimos no continuar, los antiinflamatorios que me permitían soportar el dolor estaban ya en la línea de la toxicidad y decidimos terminar. Vino la fase de duelo.

Pero tuve que levantarme rápido, porque los bebés crecen a velocidad y yo no quería perderme ese tiempo maravilloso. Era totalmente consciente de las desventajas que enfrentaría mi pequeño así que me dediqué a recolectar información de cómo compensarlas. Y esto es lo que les puedo compartir:

1. Entender que no todo está en nuestras manos
Como madres debemos informarnos y exigir una atención adecuada. Pero la falta de información y capacitación del personal de salud que nos atiende no es nuestra responsabilidad. 

2. Asegurar una correcta nutrición de nuestro bebé
Las indicaciones para la preparación de las fórmulas lácteas son muy específicas, y hay que respetarlas. No debe diluirse ni concentrarse, tampoco dar aguas o tés entre tomas. Aprender una técnica correcta de dar la leche respetando los signos de saciedad del bebé para no sobrealimentar, y sí, también se da a libre demanda.

3.Cuidar la higiene
Con Emilio, mi hijo mayor
Las leches artificiales se contaminan con facilidad, por tanto: nuestros utensilios deben estar perfectamente lavados y estériles, la preparación se hace con las manos limpias, utilizando agua hervida o de garrafon (no es necesario agua "especial para bebés", eso sólo es un truco mercadotécnico), se prepara al momento que el bebé va a comer y al finalizar la toma se desecha el sobrante. Recordar que nuestro bebé no tiene la protección inmune que ofrece la leche materna, por lo tanto, necesitaremos estar muy atentas a la limpieza del ambiente que rodea a nuestro bebé.

4. No tiene porqué afectarse el vínculo con tu bebé
Una de las razones por las cuales la lactancia materna favorece el apego es precisamente porque nos mantiene en contacto continuo con nuestro bebé. Por tanto, podemos ofrecer el alimento de esa misma manera: que sea la mamá quien le alimente, cargándolo, de ser posible recargado sobre nuestro pecho y en contacto piel con piel, mirándole a los ojos, hablándole, cantándole... tal como si le estuviéramos amamantando. Y al terminar, seguir llevándolo en brazos, idealmente con el uso de un cargador ergonómico para mantener el contacto al máximo posible. 

Espero que mi experiencia sea de utilidad para alguna mamá que al igual que yo, no logró su anhelo de amamantar, y para finalizar sólo quiero decirte: eres una excelente madre.

Dra. Aurelia Flores
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Para leer más: Dar el biberón como si fuera el pecho, por la Dra. Ibone Olza













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